George Blake fue un ex espía británico conocido por haber sido un doble agente al servicio de la Unión Soviética. En 1966 logró escaparse espectacularmente de la cárcel británica de Wormwood Scrubs, donde cumplía una larga sentencia por sus actividades de traición y espionaje.
«Hizo una contribución verdaderamente invaluable para asegurar la paridad estratégica y la preservación de la paz en el planeta. Nuestros corazones siempre apreciarán el cálido recuerdo de este hombre legendario», señaló Vladimir Putin.

Durante el período de la Segunda Guerra Mundial, Blake trabajó traduciendo documentos alemanes capturados por agentes británicos y en el interrogatorio de alemanes capturados en Francia tras el desembarco de Normandía (6 de junio de 1944). Nada más terminada la contienda, fue enviado a la entonces Alemania Occidental e interrogó en Hamburgo a antiguos capitanes de submarinos germanos que participaron en la guerra.
Cinco años más tarde, logró escapar de la cárcel de Wormwood Scrubs con la ayuda de Sean Bourke, Pat Pottle y Michael Randle. El primero, un terrorista irlandés del IRA, cumplía una pena de siete años en prisión por haberle enviado una bomba a un oficial superior de policía. Los dos últimos, por su parte, habían sido miembros fundadores del «Comité de los 100», un autodenominado «grupo antinuclear de acción directa», cuyos militantes decían no ser comunistas, sino «libertarios y cuasi-anarquistas». En 1962, en pleno punto álgido de la Guerra Fría (en ese año tuvo lugar la denominada Crisis de los misiles cubanos), habían sido encarcelados durante 18 meses por conspiración, debido a la organización de manifestaciones contra la base militar de Wethersfield (situada en Essex), la cual era una base nuclear de la USAF en suelo británico. Wikipedia.