Especies en peligro de extinción están siendo amenazadas por el incendio que está arrasando buena parte de Nueva Gales del Sur principalmente.
Se estima que son cerca de 1.000 millones en pérdidas de animales en el estado de Nueva Gales del Sur, donde han ardido cerca de cuatro millones de hectáreas. Según el ecologista de Sidney, Chris Dickman revela que: «los datos originales (480 millones) incluían mamíferos, aves y reptiles para los que tenemos densidades, y esa cifra ahora está un poco desfasada.Son más de 800 millones teniendo en cuenta la extensión de los incendios ahora, sólo en Nueva Gales del Sur».
“La biodiversidad australiana ha disminuido en las últimas décadas, y probablemente se sabe que Australia tiene la tasa de extinción de mamíferos más alta del mundo. Son eventos como este los que pueden acelerar el proceso de extinción para una variedad de otras especies. Entonces, es un momento muy triste». Revela Dickman.
Han sido destruidas cerca de 1.200 viviendas a costa de los fuegos, en la costa este y sur, la zona más habitada del país, en las ciudades de Sidney y Adelaida principalmente.
Han contabilizado por al menos 24 muertos y decenas de desaparecidos en los incendios que llevan meses, desde septiembre, ocasionando la desertización debido a la escasez de agua, por la falta de lluvias, y se prevee que el fuego continúe por meses, debido a las altas temperaturas.
«Es difícil predecir lo complicado que serán los próximos días, pero con tantos incendios en el terreno, con un frente de fuego tan extenso, calor y fuertes vientos, hay muchas razones para pensar que tendremos más fuego hoy, mañana y potencialmente el fin de semana», ha explicado el primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews. «Si recibe instrucciones para irse, debe irse. Esa es la única forma de garantizar su seguridad», ha agregado.
«Desafortunadamente la previsión no indica una vuelta generalizada de condiciones más húmedas que la media en las partes afectadas por la sequía y los incendios del este de Australia», explica Karl Braganza, jefe de la oficina de vigilancia climática.