El vocán Kilawea es el más activo del conjunto, al sureste de hawai, con un cráter circular con una antiguedad de hasta 300.000 años de antigüedad. La erupción viene dada desde 1983 con una de las erupciones más longevas del planeta.
Una nueva explosión en el volcán Kilauea ha provocado un temblor de 5,2 grados en la escala de Richter.
Kīlauea (en hawaiano: ˈkiːlɔuˈwɛjə) es un volcán en escudo hiperactivo en Hawái, y el más activo de los cinco volcanes que conforman la isla de Hawái; es también uno de los volcanes más activos de la Tierra. Situado a lo largo de la costa sur de la isla, el volcán, con una edad de 300.000 hasta 600.000 años, emergió del mar hace unos 100.000 años; es el segundo volcán más reciente formado por el punto caliente de Hawái y el actual centro eruptivo de la cadena de montes submarinos Hawái-Emperador. Como carece de prominencia topográfica y porque su actividad eruptiva coincidió históricamente con la de Mauna Loa, el Kilauea fue erróneamente considerado un satélite de su vecino mucho más grande. Estructuralmente, Kilauea tiene una cumbre con una caldera grande que se formó recientemente, y dos zonas de ruptura activas que se extienden 125 km hacia el este y 35 km hacia el oeste respectivamente, formando una línea de falla activa, de profundidad desconocida, que se desplaza verticalmente con un promedio de 2 a 20 mm por año.
La historia eruptiva del Kilauea ha sido muy larga y activa; su nombre significa «escupiendo» o «propagándose mucho» en hawaiano, en referencia a sus frecuentes derramamientos de lava. Los primeros flujos de lava del volcán se remontan a la etapa de pre escudo submarino, y muestras de sus laderas sumergidas fueron recuperadas por ROV. Otras muestras de lava se recuperaron a través de núcleos de perforación. El 90 % del volcán está cubierto por rocas ígneas con una edad de menos de 1000 años; las rocas ígneas más antiguas expuestas en la superficie tienen una edad de 2100 y 2800 años. La primera erupción documentada del Kilauea se produjo en 1823, y desde entonces el volcán ha entrado en erupción en repetidas ocasiones. La mayoría de las erupciones históricas se han producido en la cumbre o en la zona de ruptura sudoeste del volcán, y tuvo un carácter prolongado y efusivo; sin embargo, el registro geológico muestra que las erupciones explosivas eran muy comunes en la época que precede el contacto con los europeos, y si se reiniciara la actividad explosiva, representaría un peligro mucho más grande para la población. La erupción actual del Kilauea se remonta al 3 de enero de 1983, y es, con mucho, la erupción histórica más longeva del volcán y una de las erupciones más longevas del mundo; a partir de enero de 2011, la erupción produjo 3,5 km³ de lava y resurgió 123,2 km² de tierra.
El elevado estado de actividad del Kilauea tiene un fuerte impacto sobre la ecología de sus laderas, donde el crecimiento de plantas a menudo se ve interrumpido por la caída de tefra y la deriva de dióxido de azufre volcánico, produciendo lluvias ácidas, sobre todo en una zona árida al sur de la zona de ruptura suroeste, conocida como el desierto de Kaʻū. No obstante, la vida silvestre prospera en lugares no perturbados del volcán y es altamente endémica como resultado del aislamiento del Kilauea —y de la isla de Hawai— de la masa continental más cercana.
Históricamente, el pueblo hawaiano consideró los cinco volcanes de la isla como sagrados, y en la mitología hawaiana el cráter Halemaumau del Kilauea era visto como el cuerpo y el hogar de Pele, la diosa asociada con el fuego, los rayos, el viento y los volcanes. William Ellis, un misionero de Inglaterra, pasó dos semanas viajando a lo largo del volcán y dio el primer relato moderno de Kilauea; desde su fundación por Thomas Jaggar en 1912, el Observatorio Vulcanológico de Hawái, que se encuentra al borde de la caldera del Kilauea, sirvió como la principal entidad de investigación científica del volcán y la isla en general. En 1916, el presidente estadounidense Woodrow Wilson firmó un proyecto de ley que estableció el Parque nacional de los Volcanes de Hawái, y desde entonces el parque se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad y un importante destino turístico que atrae a unos 2,6 millones de personas anualmente.